El Toqui
-Orfelio me avisó antes de casarnos que no podríamos tener hijos, pues toda nuestra vitalidad deberíamos aplicarla a salvar la Argentina. La anciana alemana quedó pensativa, unos segundos. En Pinto sonaban ya los ruidos propios de una comunidad rural cuyos habitantes inician las tareas. -Él tenía 43 años cuando nos encontramos. Yo 23. Fue en el kleine Burg de Ida Eichorn. Allí también conocimos al mayor Perón. Estaba el embajador de Alemania. Y el gran poeta Leopoldo Lugones. Fue una reunión excepcional. Sonó el teléfono. Ulva Hess atendió. Durante unos cinco minutos, conversó animadamente con algún interlocutor, en alemán. Luego regresó, hacia el living donde la esperábamos con nuestro grabador. -Disculpen. Para Alemania es mediodía ya. Mi hermano quería saber de mí. Continuemos ahora. O mejor dicho: comencemos. Comencemos con la biografía de mi venerado amigo y maestro, Orfelio Ulises Namuncurá. -Cuando Orfelio encontró el Toqui, la energía que emanaba de él fue tan poten