PRT-ERP y Montoneros desde dentro
Por causa de una publicación del investigador Walter “Peregrino
Latinoamericano”, acerca de las guerrillas argentinas de los años setenta,
decidí escribir esta síntesis, relacionada con el mismo tema. El estudio de Walter
es elogiable, por su ajustada metodología historiográfica. Contiene precisiones
valiosas. Sólo algunas afirmaciones resultan, según mi criterio, erróneas. Es
mi intención aportar algo sobre estas últimas. Pues del trabajo mencionado,
podría entenderse que:
* “Montoneros” denominaría a todas y todos los guerrilleros.
* La guerrilla habría sido impopular.
* Perón habría sido “un dictador”. (1)
Julio
Carreras
1.
Militancia
Fui militante del PRT (Partido Revolucionario de los
Trabajadores), entre mediados de 1972 y fines de 1977. El Partido
Revolucionario de los Trabajadores, marxista leninista, era la conducción
política del Ejército Revolucionario del Pueblo. Guerrilla urbana y rural
argentina, en operaciones desde 1970 hasta 1977. (2)
Desde mi nacimiento, hacia fines de 1949, hasta
1971, había sido peronista. Como mi padre, mis tíos y mis abuelos. También como
todos ellos, católico, junto a la inmensa mayoría de la población en Santiago
del Estero.
Hacia fines de 1972, con 22 años de edad, fui convocado
a colaborar, escribiendo notas informativas, con la revista Posición, de
Córdoba. Que por entonces editaba 5.000 ejemplares, distribuidos mayormente en
el interior argentino. La publicación estaba financiada por el FAS (Frente
Antiimperialista y por el Socialismo). Cuyo socio mayoritario era el PRT.
Trabajé y milité allí hasta fines de 1974.
Desde principios de 1975 hasta el inicio de 1976,
fui responsable general de una Zona Operativa del PRT ERP: el departamento San
Justo, de Córdoba. Situado en el límite entre Córdoba y Santa Fe.
En enero de 1976 fui detenido, junto con mi esposa,
quien también era militante del PRT, y nuestra hijita de cinco meses.
Ya en la cárcel, integré la dirección del PRT
(dentro de la cárcel). Hasta el momento de mi renuncia al Partido. Impulsada
por las informaciones que nos llegaban de fuera: nuestra guerrilla había sido
totalmente derrotada, y nuestro partido estaba en completa retirada y
dispersión.
2.
El PRT y el ERP
El PRT era un partido de Cuadros Revolucionarios. Es
decir, de personas -hombres y mujeres- que se dedicaban a tiempo completo a
trabajar para la Revolución Socialista. Debido a esto, nadie ingresaba
directamente al PRT. Sino debía cumplir etapas -más o menos largas, según las
características personales de los candidatos- antes de llegar a la condición de
“Militante”. Los pasos necesarios en este proceso se regulaban así:
1º: Contacto.
2º: Contacto organizado.
3º: Simpatizante.
4º: Simpatizante organizado.
5º: Militante.
Recién luego de haber atravesado todos esos niveles,
la o el aspirante llegaba a estar preparado para integrar una responsabilidad,
como integrar o dirigir una célula partidaria, cumplir funciones de dirección,
u otras. El militante podía trabajar en el área política, únicamente, o integrar
-generalmente dirigir- células del ERP.
Para ingresar al ERP no era imprescindible ser
militante del PRT. Una mujer o un hombre que tuviera deseos de luchar por la
Patria y el Socialismo, supiera manejar armas o tuviese inclinación hacia la
actividad militar, podía integrar el Ejército Revolucionario del Pueblo. Dos de
los ejemplos más extremos de esta adhesión militar y no completamente política,
fue la de los dirigentes de Tacuara, Joe Baxter y Charlie Moore, con sus
seguidores.
En el ERP la progresión jerárquica era:
1º: Combatiente.
2º: Sargento.
3º: Teniente.
4º: Capitán.
5º: Comandante.
3.
Marxistas y Peronistas
Montoneros, era una organización inicialmente
filo-peronista (es decir, no nacida en el seno mismo del Movimiento Peronista,
sino más bien entre sectores católicos revolucionarios). Luego de integrarse
plenamente al Frente de Liberación Justicialista, se constituyó en fuerza
aglutinante mayoritaria de la Juventud Peronista. Este elemento nuevo dentro
del Peronismo Tradicional, llegó a ser, con una rapidez fulgurante, la
principal fuerza movilizadora dentro del FREJULI. Este frente, órgano político
que creó y dirigía el teniente general Juan Domingo Perón desde su exilio en
Madrid, ganaría las elecciones de marzo de 1973. Constituyéndose en el primer
gobierno legítimo, luego de 18 años de dictaduras o emplastos falsamente
democráticos, desde el derrocamiento de Perón por el golpe militar de 1955.
El Partido Revolucionario de los Trabajadores, en
cambio, surgió por evolución del FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano y
Popular). El FRIP había nacido hacia mediados de la década de 1950, en Santiago
del Estero. Fundado y dirigido por Francisco René Santucho, era Nacionalista y
Antiimperialista. “Antiimperialista” significó para el FRIP “anti yanqui” y “anti
soviético”. Esto duraría hasta los primeros tiempos del PRT, más o menos entre
1964 y 1973. En su etapa inicial, conducido por Francisco Santucho, el FRIP se
alinearía con los sectores combativos del Peronismo en la Resistencia. Particularmente
con sectores sindicales como la CGT de los Argentinos, liderada por el
sindicalista católico Raymundo Ongaro. Luego de 1962, la conducción del FRIP
fue derivando hacia un hermano menor de los Santucho, Mario Roberto. Este
imprimió un giro ideológico en el PRT, que lo convertiría en netamente marxista
leninista, más tarde, ya hacia 1974 inclinado a posturas pro soviéticas.
4.
Diferencias operativas
Montoneros consideraba a su guerrilla un factor más
dentro de la lucha política, dirigida, en primer lugar, a los enemigos del
peronismo. Pero también a sus enemigos internos, dentro de un movimiento donde
confluían fuerzas de derecha, centro e izquierda. Desde tal perspectiva,
consideraba válido el ataque o eliminación de civiles. Como el caso de los sindicalistas
derechistas Vandor o Rucci.
El PRT dirigía su acción guerrillera únicamente a
las Fuerzas Armadas. Y a las grandes empresas extranjeras. Pues formaban parte
de una estrategia geopolítica dependiente del imperialismo estadounidense. Que
tendían a frenar el desarrollo independiente argentino. Perpetuando así una
situación de oscuro atraso, miseria e injusticia en nuestro país. Raramente se
atacaba objetivos civiles. Y si se lo hacía, era sobre empresarios o
funcionarios extranjeros, por formar parte de un esquema coercitivo, responsable
de la opresión sobre miles de trabajadores argentinos, o su represión,
torturas, secuestros, etcétera.
En este ítem, debe señalarse que no únicamente el
ERP y Montoneros operaban militarmente desde el campo revolucionario. Entre
1965 y hasta 1977, surgieron varias guerrillas, bajo el calor de un auge
combativo que se había multiplicado desde El Cordobazo, El Rosariazo, el
Tucumanazo, y otras insurrecciones populares. Casi todas eran pequeños grupos
de amigos, que llegaban a desplegar redes, a veces de hasta cien o doscientas
personas en el plano nacional. Especialmente en las grandes ciudades. Las más
grandes de ellas fueron las FAL (Fuerzas Argentinas de Liberación) y las FAP
(Fuerzas Armadas Peronistas). De ambas guerrillas madres, por atomización
fueron emanando otras, como FAL “Ché Guevara”, CPL (Comandos Populares de
Liberación), Montoneros “Columna Sabino Navarro”, etcétera. Algunas de estas
organizaciones tuvieron a su cargo la ejecución de civiles, particularmente
algún gerente de empresas monopólicas, o sindicalistas que actuaban como
informantes de las patronales.
5.
Popularidad de la guerrilla.
Entre 1959 y 1973 la popularidad de las guerrillas
alcanzó un alto índice entre toda la población argentina. En 1955, una cruenta
dictadura militar se había impuesto para destruir la infraestructura industrial
independiente que se desarrollase durante los 10 años de gestión estatal
peronista. Los poderes concentrados de la oligarquía terrateniente, el
empresariado dependiente del extranjero y las empresas norteamericanas e
inglesas, con apoyo de la Unión Cívica Radical y grandes sectores de las clases
medias -principalmente entre los porteños- aunque también entre las pequeñas
burguesías gringas de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, añadieron su repugnancia
visceral hacia los valores criollos, sustentados por quienes ellos denominaban “negros”,
al proyecto capitalista explotador que anhelaba llevar hacia atrás los altos
salarios, la sindicalización obrera, el rol decisivo de la mujer en el panorama
político, y otras conquistas de estas mayorías silenciadas durante siglos.
La aparición de Uturuncos, guerrilla del Norte
Argentino, en 1959, fue el primer clarinetazo que comenzó a elevar las
expectativas populares sobre la necesidad de combatir contra dictaduras o
gobiernos títeres, para obtener nuevamente una genuina democracia.
Desde 1964, comenzaron a sucederse una gran cantidad
de acciones guerrilleras -tomas de cuarteles, desvió de camiones con alimentos
para repartirlos en barriadas humildes, ataques a comisarías, grandes bancos,
secuestros de empresarios extranjeros, etcétera-, de gran repercusión popular.
Su inesperada presencia y la cobertura que los medios de comunicación otorgaban
a estos hechos, cada vez más numerosos, multiplicaba su eco por todo el país,
por entonces ya intercomunicado por la telefonía, la radio y la televisión.
Así, al llegar a los años 1972 y 1973, las
dictaduras militares se veían agobiadas por una ofensiva popular en tres
frentes: el político, el sindical y el guerrillero. Por entonces, las
organizaciones guerrilleras habían alcanzado un altísimo grado de aprobación,
no sólo entre los sectores más humildes, sino entre las juventudes de clases medias de toda
la Argentina.
6.
Perón no fue “un dictador”.
El general Juan Domingo Perón y todos los hombres y
mujeres que lo acompañaron, durante sus dos gobiernos, fueron elegidos por
elecciones libres, absolutamente legales y democráticas, donde obtuvieron
mayorías apabullantes. De ninguna manera puede compararse, entonces, al
legítimo presidente Perón con las fuerzas minoritarias, conducidas por
operadores locales y estadounidenses, que lo derrocaron. Luego de bombardear
criminalmente a la población civil.
Notas
(1) El estudio de Walter “Peregrino Latinoamericano”
puede verse en un video producido por el autor, desde el siguiente enlace:
https://www.facebook.com/walter.daniel.754/videos/1948331785343089
(2) La última
acción importante del ERP fue la “Operación Gaviota”. Intento de atentar contra
el avión presidencial con Videla y Martínez de Hoz dentro. José Alfredo
Martínez de Hoz y Jorge Rafael Videla iban a viajar en el Tango 02, el 17 de
febrero de 1977. Su objetivo fue descabezar a la dictadura. Un oficial de inteligencia
del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) consiguió los planos de la red de
tuberías del Arroyo Maldonado. Un informante de la organización guerrillera
pudo acceder a esos documentos, hizo una copia. Y lo pasó a la responsable de
inteligencia. Cuando los jefes del ERP verificaron que el tubo de cemento
pasaba justo por debajo de la pista del aeropuerto Jorge Newbery, prepararon
meticulosamente el atentado. Mas en el momento preciso de efectuarlo, fracasó,
por no haber funcionado correctamente los explosivos. (Ver: “Operación
Gaviota...” Infobae.
https://www.infobae.com/sociedad/2019/09/18/operacion-gaviota-el-dia-que-el-erp-casi-volo-por-los-aires-a-videla-y-martinez-de-hoz/)
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